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RINCÓN POLIGLOTA

Leer En Los Cavernicolas

viernes, 27 de junio de 2014

DEL OTRO LADO DEL CORAZÓN


LECCIONES DE UN ABUELO... 
      
                                            «Al abuelo Valeriano, hecho de noble  madera»

Por Juan V Gutiérrez Magallanes
Cuando ya has trajinado la dureza del trabajo-tiempo, las páginas se han llenado de vivencias. 
Páginas que han brindado y sabido guardar las respuestas a las situaciones más difíciles de la vida.  
Llegas a sentir reposo en elcorazón y puedes regalar sin solicitar tiempo al trabajo-tiempo. 
Puedes jugar nuevamente al escondido con las nubes que desde el firmamento te invitan, sí, a esas que siempre mirabas de soslayo y las dejabas esperando para cuando el trabajo-tiempo fuera benévolo y se llenase tu corazón de bellos recuerdos. 
A tus hijos los mirabas con la brevedad de los días festivos.  Luego volvías nuevamente a la rutina de halar el hilo de la vida para que los muchachos alcanzasen el estado adulto. Jamás pensabas en detener el tiempo para poder seguir mirándolos como niños. Te agitabas esperando que el tiempo deglutiera los espacios. 
Cabalgabas con el trote fuerte de la rigidez de la vida, te olvidabas de incluir el humor como parte de ese dúo quijotesco reposando en nuestro interior. Había un pensamiento cincelado de difícil movilidad para encontrar eso que llevamos por dentro  y que nos convierte en un ser risible. 
Eras una marcha emprendida con temor al fracaso, en donde a los hijos los mirabas con ojos taladrantes para que no se desviaran de la ruta trazada noche tras noche. 
Todo aquello se hacía vertical, rígido por la inexperiencia y el exceso de trabajo. 
Por una responsabilidad que te habían grabado en el inconsciente. No valía la risa, era un mundo de trabajo lineal, donde se reflejaba una relación aritmética. «Uno más uno dos y punto». 
Allí no eras  abuelo, eras  padre. ¡Gran Diferencia!  El abuelo tiene la experiencia del mundo, ha visto crecer a una generación, ha seleccionado un cúmulo de anécdotas buenas y malas y escoge las mejores en el tiempo que ahora él sabe manejar. Ahora  juega con el espacio-tiempo, ya dejó atrás el trabajo en la  agitación por adquirir cosas. 
Pero la experiencia es lo que permite sentir alegría y goce, el saber que aquel nieto es responsabilidad de los padres y no tuya. Por eso ahora redescubres lo lúdico de la vida. 
Nunca vas a querer más a tu nieto que a tu hijo, tal vez igual. Ambos llegan a tu mundo en tiempos y circunstancias diferentes. Ahora cuando eres abuelo, las fibras de tu corazón se han tornado sensibles y basta un leve contacto para que vibren como cuando se escucha una dulce melodía… 
Las maderas curadas son de buena sonoridad y materiales predilectos para los lutieres.



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