Humanidad Ingrata (Ciudad Peor…)
Por Juan V Gutiérrez Magallanes
Hay llanto en el silencio de quienes claman justicia
Las voces de las piedras tienen la pesadez de quienes
callan ante el graznido de moribundas aves
Las alcantarillas se declaran en huelga
El hedor de los manglares, la fermentación
de la orina asfixia las algas que sobrenadan
En la Ciénaga de Chambacú y El Cabrero
Los barbudos han salido a protestar
Heces de poco valor llegan hasta sus fauces y deterioran
la estructura de sus osamentas
Las deposiciones perforan
los oídos de ninfas dormidas bajo pedestales
de mártires falsos.
Por las noches murallas fantasmas
gritan por el olor de los cadáveres
Aprisionados en el Caño de San Sebastián
guabinos jaibas agujetas y aguamalas
protestan por el frustrado Parque Espíritu del Manglar
Mariamulatas plañideras tiran de sus plumas
por la usurpación de los cuerpos de agua
Han solicitado en ágora de hombres –animales
la intervención de moléculas de agua en la estratosfera
El hombre desconoce la justicia en las calles
Con quemados ojos por el sol la justicia rechaza
la nobleza del lazarillo que la guia
Los doblones de plásticos impermeabilizan
la conciencia etérea de cartageneros
Se entretienen en posibles soluciones letra menuda
La indiferencia invade petrifica impide
ver a los ojos animales moribundos, a cargadores
de langostas doradas por el sol del norte
Haré penitencia sobre un tramo del Juan Angola,
Invitaré a Gómez Jattin, quien ofició su vida
en el mismo corazón de Chambacú
Cargaré moléculas de agua y devolveré
vida al último Mero del palafito de Martín